ABNEGACIÓN
La vida cristiana cuando se
vive afirmando todas las verdades y se armonizan unas con otras, siempre nos
ayuda a ser capaces de vivir aspectos que pueden parecer contradictorios y, sin
embargo, son complementarios. Si se viven en el Espíritu del Señor, como por
ejemplo ser exigente y ser misericordioso, estar en el mundo pero sin ser del
mundo, negarse a sí mismo y a la vez vivir una vida plena, uno se da cuenta de
que todo lo armoniza y equilibra el Amor de Dios.
Esto ocurre en el Evangelio
de este domingo. Quizás las palabras de este Evangelio nos cuesta aceptar y
explicar. ¿Se puede seguir a Jesús sin la cruz, sin la abnegación, sin negarse
uno a sí mismo? ¿Cómo se puede alcanzar la plenitud cristiana y a la vez
renunciar a todo aquello que no nos deja vivir con plenitud el seguimiento de
Cristo?
No podemos servir a dos
señores. El seguimiento de Jesús exige lo más difícil, el negarse a uno mismo,
asesinar el propio yo egoísta para que crezca el Tú de Dios, el nosotros, el
abrirse al amor de los hermanos.
No es buena una
espiritualidad que tratase de silenciar la exigencia de entregar la vida a lo
que nos lleva el Amor de Jesús. Aquí, se encuentra el camino de la vida plena
que pasa por la abnegación, por cargar con la cruz, por negarse uno a sí mismo.
No es la renuncia para fastidiarse, sino el Amor que nos lleva a elegir lo
mejor.
No podemos hacer de nuestra
vida una búsqueda de reafirmarnos en nuestros egoísmos y pecados. El olvido de
sí es el corazón del Evangelio, porque sin Él no se puede amar, nos amamos a
nosotros mismos, pero eso implica que no salimos de nuestros propios intereses.
Seguir a Jesús exige cargar
la cruz, el negarse a sí mismo. En el fondo, la vida cristiana, cuando se
coloca cada cosa en su sitio, es muy equilibradora. El peligro es cuando no
colocamos cada cosa en su sitio y desde el sentido común, que también está
enraizado en la fe, ponderamos aspectos que a la larga pueden romper a la
persona, cosa que nunca hace el Señor que además de Redentor es el que nos ha
creado y sellado con su Amor.
† Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres