Tu llamada transformó mi
vida.
Fue tan de repente…
que siempre que lo recuerdo
es como si volviese a nacer.
Tu llamada fue tan fuerte,
la experiencia tan intensa
que todavía sigue siendo
el norte y el sur de mi
vida,
el desbordarse de mi alma,
con alegrías
siempre nuevas.
Amén.