1. Orar es no
sentirse nunca rechazado.
El Señor me acepta
incondicionalmente.
2. Orar es vivir
de la Presencia que recrea y enamora.
Dime la imagen que
tienes de Dios y te diré cómo es tu oración.
3. Orar es
experimentarse un pobre necesitado.
El Señor ama tu pobreza más que tú.
4. Orar es
encontrar la dirección obligatoria hacia el amor.
Tu oración va bien si
aterriza en entrega.
5. Orar es vivir
muy feliz.
El cielo se inaugura
aquí con tu vida de oración.
6. Orar es tener
dentro el gozo de vivir.
¿Qué saben de “vida a
tope” los que no oran?
7. Orar es
madurar en el amor.
Cuando llega la
noche, Él permanece con su presencia discreta.
8. Orar es vivir
como un niño en brazos de su madre.
Contigo tengo miles
de ocupaciones y, casi siempre, ninguna preocupación.
9. Dejar de orar
es perderse.
Todas las ruinas de
nuestra vida comienzan en el mismo momento en que dejamos la oración.
10. Orar es un
don que exige nuestra colaboración.
Deja que el Espíritu
Santo te inunde con el Don de Sabiduría, que te llevará a una oración
incesante.